martes, 4 de junio de 2024

[OPINIÓN] POLÍTICA DE LOS PUEBLOS Y LA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

 Por: Felipe Quispe Tinta

Foto: Nueva Sociedad, 01/2020
Introducción

Todos los andinos tenemos una noción implícita de la política: que es servir a la comunidad y no servirse del pueblo. La política de la comunidad es la rotación «muyu», es una visión filosófica ancestral andina, con todo ello, se practica en la actualidad. Sin embargo, cuando es nominado un representante de la comunidad como diputado, en el transcurso del tiempo se olvida que fue elegido por las bases.

En las comunidades existen valores y principios que encaminan al buen funcionamiento de las autoridades, como son: mallkus y secretarios generales de ayllus y las comunidades. Entonces por qué no se puede practicar la rotación de autoridades en el Estado, ya que fue incorporado y reconocido, la democracia comunitaria, por la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia.

En ese contexto surgen algunas preguntas: ¿Cómo es la rotación de cargos de autoridades políticas en las comunidades andinas? ¿Por qué un líder político surgido de las comunidades es subsumido por  la política moderna en el Estado Plurinacional de Bolivia? y ¿Por qué un reducido grupo de élites nos gobiernan a la mayoría de los bolivianos y estamos obligados a obedecer? Estas cuestiones se explorarán en el documento.

Política de los pueblos  y política moderna del Estado Plurinacional de Bolivia

En las comunidades indígenas andinas, la rotación de cargos es un valor y de suma importancia. En la practicidad se reúnen todos los pobladores de la comunidad, instalan la asamblea, con la mayor asistencia de pobladores, en donde deliberan, entran de acuerdo para la «democracia directa»: votación o aclamación, el más aclamado o el que obtuvo mayor votación asume el cargo. En este contexto, los ayllus y comunidades siguen practicando el «muyu» para ser más preciso, la “rotación” de cargos está siempre en la dualidad: de «aransaya y urinsaya» (arriba y abajo), y lo asocian con (varón y mujer), es directo la ocupación del cargo. Aquí no hay votación, sino que se asume directamente el cargo.

En las comunidades indígenas, existe el "respeto", de la reciprocidad, que impregna a todos los aspectos de la vida comunitaria y es fundamental en los pueblos andinos y ayllus. El respeto se manifiesta con la naturaleza, la reciprocidad con las demás personas, del ayni y la mink’a, que son formas de trabajo comunitario, de las prácticas ancestrales. La política en las comunidades y ayllus no se limita a la gestión del poder, sino que también engloba la cohesión social, para proteger el bienestar comunitario.

En cambio, el político del Estado Plurinacional es el mandón y el pueblo obedece sin queja. Es a la inversa de la política de las comunidades indígenas originarias andinas. El actor político no tiene ética, ni moral, para el pueblo. El mundo moderno ha degenerado durante más de 500 años, una moral de justicia que otorga y hace «aparecer» a la élite moderna como excelente. El líder político de la actualidad, se considera exclusivo, como una fuente de poder político, se corrompe, distorsionará y se individualiza.

En una comunidad indígena andina, la autoridad o secretario general sirve al pueblo. Pero, no ocurre eso con los diputados elegidos desde las comunidades, durante los meses previos a las elecciones generales, en las comunidades indígenas acostumbran a proclamar, a través de la «democracia directa», al candidato a la diputación, se apoya en las campañas electorales y gana las elecciones. Luego rompe las relaciones con la comunidad que existía antes. ¿Quién es el causante de este hecho? Es la política moderna y el «partido», que lo desvinculan con la comunidad. En esencia, Maurice Duverger señaló la dinámica de los partidos políticos dentro de un sistema político en el que se reconoce el sistema electoral. El Estado reconoce al partido político y no a la comunidad indígena. El diputado es legitimado y él piensa que el Estado le paga su sueldo y no la comunidad.

En este sentido, las dinámicas de los partidos políticos están vigentes en la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia. Por lo tanto, es un paso más el reconocimiento de los pueblos indígena originarios campesinos y las prácticas ancestrales que se han implementado en el Estado a partir del año 2009. Otra cuestión radica en cómo sería la asignación de cargos con los de tierras bajas, con el oriente boliviano. Existen varios pueblos indígenas originarios, a pesar de que, en la región altiplánica, la mayoría son quechuas y aymaras, por tanto, con la mayoría poblacional, serían electos como autoridad de Estado, una y otra vez, esto nos deja entender que llegaríamos en lo mismo, como el político moderno, que busca y ambiciona el poder del Estado, por eso una minoría de élites nos gobiernen y dominen siempre a la mayoría de los pueblos.

A modo de cierre

La práctica de la rotación de cargos de autoridad en los pueblos indígenas originarios del altiplano, hacen un servicio público a los miembros de su misma comunidad. La democracia directa es eficaz para alcanzar un objetivo. A pesar de que sería una alternativa su implementación en el Estado. Sin embargo, el político moderno seguirá operando, maquiavélicamente, dentro de las instituciones del país. Durante las elecciones electorales en el país, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), que se encarga de coordinar los procesos electorales y proclamar los resultados y la participación de la población, tiene su estructura y sus propios recursos económicos.

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