Por: Jazmin Vanesa Ramos Hilaquita
Foto: PCR |
La pobreza es otro importante desafío socioeconómico y político que afecta a Bolivia.
Aproximadamente un tercio de la población vive en la pobreza
y una gran proporción
vive en la pobreza extrema. La falta de acceso a servicios básicos como educación,
salud
y vivienda, así como la
falta de oportunidades de empleo, son algunas de las
causas de la
pobreza en el país. Esta situación ha provocado
un profundo malestar y preocupación por parte de la
población boliviana y un aumento de los conflictos
políticos
en
los últimos años por la falta de estabilidad en este aspecto. Además, en el gobierno actual del presidente Arce se ha visto un aumento en el mercado informal
a medida que los precios de las necesidades básicas, como alimentos y recursos, han aumentado y muchas personas no pueden pagarlos. Como resultado, la gente
tiene que buscar nuevos empleos,
a menudo en
el
mercado informal, para llegar a fin de
mes.
La corrupción es
otro
desafío político que
afecta
el
desarrollo de Bolivia. La
corrupción en el país es un
problema generalizado que afecta a
todos
los niveles de la
sociedad, desde el gobierno hasta el sector privado. La corrupción destruye la
confianza pública
en
las instituciones estatales y debilita
el
Estado de
derecho. La percepción de que las instituciones son corruptas desalienta la participación
ciudadana y crea
una
atmósfera de descontento y
cinismo entre la
población.
Además, la corrupción fomenta
una
atmósfera de impunidad, ya que
a menudo los
responsables de prácticas corruptas no
enfrentan consecuencias legales.
La inestabilidad política es otro factor que afecta
el
desarrollo de Bolivia. En los últimos años,
el
país ha experimentado varios
períodos de inestabilidad política,
como por ejemplo el retiro del ex presidente Evo Morales y seguidamente la
participación como presidenta de Jeanine Añez lo que ha creado una atmósfera
de incertidumbre y polarización. Esto dificulto la implementación de una política
estatal eficaz para resolver los problemas socioeconómicos del país y afecto negativamente a las inversiones y el crecimiento económico.
Como ciudadana
boliviana, encuentro que estos desafíos están profundamente arraigados en nuestra sociedad y
afectan todos los aspectos de nuestras
vidas.
La falta
de oportunidades, la
corrupción desenfrenada y la inestabilidad política actual
crean un círculo vicioso que perpetúa la pobreza y la marginación. Mientras nos
esforzamos por superar estos obstáculos y construir un futuro mejor, es esencial que nos centremos en abordar
estos
problemas sistémicos de frente,
en
lugar de simplemente tratar de abordar los síntomas. Esto requiere un compromiso colectivo de
nosotros mismos, como también del gobierno y
la voluntad
de
colaborar entre
sectores y comunidades, sólo
a través de este esfuerzo combinado podremos
beneficiarnos de
una
mejor calidad de vida y
Bolivia avanzará hacia un
futuro más justo y próspero.